Asumimos la responsabilidad de hacer las cosas, cumpliendo nuestras promesas y responsabilizándonos de las consecuencias de nuestras acciones.
Nos aseguramos de que los resultados se prioricen según su impacto y los compartimos ampliamente.
La retroalimentación es una herramienta vital para garantizar que los equipos estén realmente comprometidos con el éxito y no simplemente «presentes».
Através de conversaciones francas, podemos buscar retroalimentación sobre la eficacia con la que estamos definiendo y obteniendo resultados impactantes. Por ejemplo, preguntando a un compañero:
«¿Crees que estamos realmente centrados en los resultados alineados con nuestro proyecto actual, o hay áreas en las que podríamos mejorar nuestro impacto?».
Este enfoque invita a un diálogo honesto y refuerza un compromiso compartido con los objetivos colectivos, lo que nos permite perfeccionar de forma colaborativa nuestro camino hacia logros impactantes.
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